Salud mental después de un incendio forestal
Los desastres naturales, como los incendios forestales, pueden tener un impacto significativo en su bienestar emocional. Adopte medidas para asegurarse de que está cuidando de sus necesidades emocionales durante este tiempo de crisis.
Conciencia emocional
Los efectos de un incendio forestal pueden incluir cambios de humor, alteraciones del sueño y reacciones de estrés. Es importante estar atento a cómo se siente para que las emociones no se vuelvan abrumadoras. Los fenómenos meteorológicos, como el viento fuerte o los rayos, pueden provocar un aumento del estrés, la ansiedad o síntomas físicos relacionados con el estrés, como dolores de estómago o de cabeza.
Proteja su bienestar emocional
Sentirse emocional después de un desastre es normal, pero hay cosas que puede hacer para cuidar de sí mismo y de los demás.
- Busque oportunidades para pasar tiempo con otras personas para mantenerse conectado.
- Hable con un amigo o consejero de confianza sobre lo que siente.
- Participe en actividades que le gusten.
- Descanse con frecuencia de los esfuerzos de limpieza.
- Escriba en un diario.
- Haga ejercicio (en interiores si la calidad del aire es mala).
- Lleve una dieta saludable.
- Practique una buena higiene para dormir.
- Evite depender de sustancias como el alcohol o la marihuana para aliviar el estrés. En momentos de gran estrés, su consumo puede ser contraproducente y provocar más estrés, ansiedad y síntomas físicos.
Ayude a sus hijos a superar la crisis
Se aconseja a los padres que presten mucha atención al bienestar emocional de sus hijos. Preste atención a las preguntas de su hijo y hágale saber que está ahí para escucharle. He aquí algunos consejos a tener en cuenta:
- Sea honesto con sus respuestas a las preguntas de sus hijos, pero no proporcione más información de la necesaria.
- Valide los sentimientos de sus hijos. Puede que se sientan asustados, confundidos o enfadados.
- Ofrezca oportunidades para que sus hijos hablen y explore otras salidas para que se expresen, como dibujar o jugar.
- Limite la exposición a los medios de comunicación.
- Evite promesas irracionales como: “Esto no volverá a ocurrir”.
- Mantenga el mismo horario diario en la medida de lo posible (por ejemplo, los rituales a la hora de acostarse).
- Asegúrese de que sus hijos comen alimentos saludables, hacen ejercicio y mantienen patrones de sueño saludables.
- Póngase en contacto con la escuela de sus alumnos o con la guardería para obtener recursos y ver si han notado algún cambio en su hijo.
Esté atento a los cambios de comportamiento de sus hijos
Los niños pueden llorar más, portarse mal, tener algún comportamiento regresivo como mojar la cama o mostrar otros cambios de comportamiento. Estas son respuestas normales al estrés y suelen ser temporales. Asegure a sus hijos que usted está ahí para ellos. Esté atento a los síntomas físicos, como los dolores de estómago y de cabeza relacionados con el estrés.
Busque ayuda si la necesita
Puede pasar un tiempo antes de que te sientas de vuelta a la normalidad. Si experimenta alguno de los siguientes síntomas, busque ayuda profesional.
- Dificultad para gestionar sus emociones
- Dificultad para realizar las tareas cotidianas
- Problemas para cuidar de sí mismo o de su familia
